Audio completo de la entrega del título Dr. Honoris Causa a la Prof. Lisa Block de Behar

Foto: Gerónimo Olmando

Fuente: universidad.edu.uy

El doctorado Honoris Causa otorgado este viernes 4 de mayo a la doctora Lisa Block de Behar es a la vez el reconocimiento a su labor intelectual de varias décadas y un tributo ‘en vivo’ brindado por generaciones de estudiantes, egresados y docentes que estuvieron y permanecen en contacto con la profesora, ya sea a través del vínculo directo, o mediado a través del portal digital Anáforas*, que reúne autores y publicaciones nacionales y cuyo interés va más allá de fronteras nacionales y disciplinarias.

Es que su legado trasciende a su obra académica que ya está transfigurada en ediciones, premios, trayectoria y distinciones, y permanece en quienes la conocen como una huella, una presencia vital que refiere a un modo de encarar la tarea de pensar y de decir: con rigurosidad, independencia y libertad respecto a las modas intelectuales y las presiones hegemónicas.

Block ha desarrollado la mayor parte de su tarea docente en la ahora Facultad de Información y Comunicación (FIC), donde está a cargo del Seminario Fundamentos Lingüísticos de la Comunicación. Que la ceremonia de entrega del título de Doctora Honoris Causa se haya realizado en esta Facultad fue resultado de un hecho en parte casual: es que como explicó el rector de la Universidad, Roberto Markarian, al fundar la entrega material del título, estaba previsto realizar la ceremonia en el Paraninfo, como es norma en estos casos. Pero el recinto está en obras, y el cambio de lugar fue entendido tanto por la homenajeada como por la decana de Ingeniería María Simon (que junto al historiador Gerardo Caetano tuvo la responsabilidad del elogio o laudatio por la distinción otorgada) como una circunstancia feliz, que deriva en un reconocimiento a la FIC, un contenido simbólico emanado de la institucionalidad encarnada en el edificio de reciente inauguración.

Foto: Richard Paiva (UCUR)

Comunicaciones, inercias, mentiras. 
Remontando la emoción del momento, producida por los elogios, la entrega formal del título y la presencia de gente conocida de distintas generaciones y procedencias reunidas en la FIC en torno al acontecimiento, Lisa dijo quedarse sin palabras. Pero era solo un decir, ya que lo suyo es justamente la palabra. Su conferencia sostiene el título «La comunicacion y la inevitable parcialidad de una verdad a medias», y está disponible en su versión completa al final de esta nota.

Lisa hizo agradecimientos varios, algunos cercanos y particulares, otros más extensos, y anunció que sobre el final de su alocución volvería al principio para que su reconocimiento fuera «circular e interminable», y también porque le interesaba, además, «reflexionar sobre la acción de agradecer, sobre esa suerte de acción de gracias laica, que la lingüística también aborda.»
Aclarando que solo se limitaría a enunciarlos, mencionó dos o tres temas actuales, relativos a los estudios de comunicación, que consideró que inquietan y comprometen.

Alarma: una comunicación en explosión produce una creciente incomunicación. 
«Ante los desbordes de una comunicación en explosión, tan contradictoria como incontenible, alarma la creciente incomunicación que esa explosión produce. Si bien los dispositivos móviles, y las muy útiles prestaciones que facilitan, resuelven numerosas urgencias, por la misma vía se ha impuesto un simulacro de diálogos mediados por aplicaciones de nombre casi impronunciable en español que, progresivamente, sustituyen las afinidades en lugar de sustentarlas. Aunque ese simulacro aparente estrechar los vínculos personales, una cierta pereza, una indolencia, más bien, los abrevia y los descuida, apuntando trazos rudimentarios en un espacio en fuga, donde deambulan los hablantes, quienes, teniendo interlocutores a la vista, los alejan cada vez más.»

Foto: Richard Paiva (UCUR)

— Una inercia que obliga a formular enunciados semejantes.
«Otra inquietud que nos concierne, en tiempos de la mentada diversidad, es la invariabilidad temática de estudios y planteos, la insistencia en muy pocos autores en sorprendente contraste con la profusión de bibliografías, tan accesibles como inabarcables. Esa redundancia se agrava en nuestras disciplinas, donde el culto a escasos nombres sumerge y suprime a muchos más. Se da como una inercia que obliga a formular enunciados semejantes, que uniforman el conocimiento fijándolo en estereotipos, estableciendo una especie de canon, produciendo reflejos más que reflexión.
Hace décadas, cuando en la escuela primaria se utilizaba un texto único -así se llamaba- ya resultaba restrictiva y molesta esa unicidad. Hoy el malestar se prolonga en una melancolía blanda sin mayor resistencia. ¿Será inevitable que hablemos todos de lo mismo?»

— Fake news: viajan más rápidas que la luz.
«Otra inquietud que ahora preocupa también a gobiernos, a instituciones y a investigadores del mundo es la creciente fabricación y difusión de noticias falsas. Si bien no son demasiado diferentes de las mentiras más viejas, bíblicas o griegas, paradisíacas o paradójicas, los fraudes recientes se propagan como verdades, aceptadas por el elevado número de quienes las aprueban, como si la verdad se midiera por cantidad… Ocurre también en los medios, no solo en las redes.
Es cierto que en inglés las noticias, news, en francés nouvelles, confunden en una misma palabra la novedad y su anuncio. El engaño es tan viejo como la muerte, y para muchos de nosotros, es su causa.
Dado que el acto de hoy fue convocado con el fin de formalizar un título en latín, me permito recordar que desde hace dos milenios, por lo menos, circulaba en esa lengua un adagio que dice “Mundus vult decipi, ergo decipiatur” (El mundo quiere ser engañado, engañémoslo entonces). Machiavelo aseguraba también que “Si alguien quiere engañar, siempre encontrará a quienes quieran ser engañados”. Alarmado con razón, el historiador Marc Bloch, se había manifestado contra la propagación de las falsas noticias durante la Gran Guerra; torturado, fusilado por los nazis y los franceses que colaboraron con sus atroces crímenes, muere en la Segunda Guerra Mundial. Mucho antes, en Montevideo, Juan Carlos Gómez adelantaba: “La calumnia no deja de ser un delito porque se presente en letras de molde”. (1853)
Más que la novedad, es la ficción la que parece trabar noticias y novelas en una misma acción, en francés, en italiano, en los hechos.
Ya cité más de una vez a Balzac que decía que “si la prensa no existiera… no habría que inventarla”. Me pregunto si solo se propuso parodiar el dicho de Voltaire: “Si Dios no existiera, habría que inventarlo”.
Sentía Vaz Ferreira espanto y terror (son sus palabras) ante los daños de los que es capaz la prensa, aunque no dudó en reconocer asimismo que “es un bien, un inmenso bien” (1908).
Había sido auspiciosa, unos años antes, la incidencia de la prensa en el affaire Dreyfus. Por sus acusaciones al antisemitismo practicado por la casta militar francesa en complicidad con parte de la sociedad de Francia, por su heroica defensa a un capitán judío, Émile Zola, el escritor, fue asesinado.
Las resonancias del affaire llegaron hasta estas tierras. Pedro Figari, como abogado, partió de ese caso para denunciar el Error judicial (1899) que se había cometido en Montevideo al inculpar al Alférez Enrique Almeida del crimen de la calle Chaná y, gracias al alegato por él presentado, logró su absolución.
El temor recrudece en la actualidad, y en muchos países, cuando la bienvenida apertura de las redes se beneficia de un vacío legal y precipita un desvío abusivo y masivo de la democracia, cuando las enciclopedias en línea, las de mayor uso, que presumen de abiertas y plurales, favorecen a quienes las controlan. Según una reciente investigación realizada por el M.I.T. la propagación de las noticias falsas es mucho más rápida, más comentada que las fidedignas. “Fake news travel faster than the truth”, viajan más rápidas que la luz. El conflicto es devastador: se diría que se vuelve a concretar la estrategia urdida por un tal Goebbels.
Con todo se da una contrapartida. Al constatar la evidencia de tantas mentiras, se está encarando una reivindicada búsqueda de la verdad, que impugna el relativismo de versiones y vacilaciones ya bastante trasnochadas.
Exagerado, el infundio es parcial, es parcial dos veces; a ojos vista, la mentira medra.»

Foto: Richard Paiva (UCUR)

Sobre la acción de agradecer. 
Cumpliendo la obligada conexión entre lenguaje y acción surgida de su promesa inicial, Block recordó:
«No hace falta recurrir a conocidas teorías del lenguaje para entender que agradecer, además de expresar una acción concreta, solo por mencionarla la cumple. Agradecer es también una forma de hacer con las palabras. Es uno de los llamados verbos performativos. La teoría no relaciona esa acción verbal con cosmogonías que atribuyen a la palabra la creación del universo, ni a los mitos que imaginan y relatan esa creación sino, simplemente, se atiene a una categoría, la de los verbos performativos: bendecir, sentenciar, prometer, juzgar, declarar unidos en matrimonio, agradecer: son algunos de esos verbos; son dichos pero son actos, actitudes, acciones. Según sus bases, para que el acto performativo se verifique basta con que se observe cierto ritual: que el verbo se conjugue en tiempo presente, en primera persona, y en las circunstancias de legitimación necesarias. Dicho y hecho.
Pero los antecedentes de la verbocreación van más allá. De ahí que más que a la teoría, habría que apelar a la poesía. Por eso me complace citar a Octavio Paz, poeta, que dedica a Roman Jakobson, lingüista, un poema en que define así la poesía: No es un decir, es un hacer.
Todos saben que para los griegos, como también para la naturaleza, poiesis es crear – que es hacer poesía. Cito mejor a Augusto y Haroldo de Campos: la flor florece / el colibrí colibrisa / y la poesía poesía.»
Histórico e intemporal, funcional y estético, particular y universal, el lenguaje remite a otras dualidades que determinan la condición más que ambivalente del ser humano, de ser humanos.
¿Cómo conciliar esas ambivalencias con la aventura de rescatar la pluralidad de voces que resuenan en una misma voz, exaltando la polifonía propia de la naturaleza coral de las palabras que siempre nos preceden y, viejas, muy viejas, muy gastadas, no pierden todos los sentidos? Siguen ahí, las palabras los mantienen en silencio. Siempre ajenas, a nadie se le ocurriría recordar, salvo en citas, a quienes usan y usaron las palabras.»

Honoris Causa decididos cuidadosamente.
Quien abrió la ceremonia fue el rector de la Udelar, Roberto Markarian, quien explicitó los cuidados que toma la Udelar al decidir los otorgamientos de los doctorados Honoris Causa. Recordó que el primero de los doctorados que entregó la Universidad fue a Franklin Delano Roosevelt en 1936, y listó también las distinciones de este tipo otorgados en los últimos años. Contó que los nombres de los postulados llegan a la Comisión (que el rector también integra) que asesora al Consejo Directivo Central (CDC) antes de que el Consejo mismo se entere de que han sido propuestos, para que esos nombres no circulen por allí «antes de estar realmente seguros de que (la distinción) va camino de concederse». Y que efectivamente se analizaron muchos nombres que no llegaron a la luz pública, «todos nombres muy importantes (…) no es que cualquiera propone a cualquiera, sino que en general son muy buenas propuestas, pero aún así la Comisión Asesora de Títulos ha actuado con mucho criterio y tratando de mantener los estándares», y a continuación repasó las razones por las que esta Comisión recomendó que le fuera concedido el doctorado Honoris Causa a la profesora Block.

Foto: Richard Paiva (UCUR)

Elogio I: Una intelectual excepcional, de difícil clasificación y con proyección internacional. 
Gerardo Caetano definió la entrega de este título como una celebración de la cultura y dijo tener, desde hace mucho tiempo y desde aun antes de conocerla, una profunda admiración por Lisa, porque de alguna manera su leyenda la antecedía a través de sus mejores alumnos que construían proyectos y clases a través de enseñanzas de la profesora. Afirmó que es una intelectual absolutamente excepcional y con proyección internacional desde larga data, que estuvo vinculada siempre con relevantes figuras de la cultura contemporánea, a muchas de las cuales trajo a Uruguay como visitantes académicos: Jacques Derrida, Gianni Vattimo y Hans-Ulrich Gumbrecht, entre otros.

El historiador marcó los hitos fundamentales del currículo de Lisa, y destacó como un rasgo fundamental que ella es docente de docentes, alguien que ha reconocido siempre que su principal compromiso es con sus alumnos.
Luego se preguntó: ¿cuál es la disciplina de Lisa Block? ¿cuál es el género que cultiva? Y para responderse acudió a palabras propias de la profesora al recordar que Carlos Real de Azúa se hacía las mismas preguntas acerca de la dificultad para definir, especialmente en cuanto a sus límites, el ensayo como género, considerando que lo mismo vale para Lisa y sus géneros. Remarcó que esto no significa en modo alguno un atajo hacia la interdisciplina como mezcla, que a veces termina en mescolanza, sino una profesión simultánea del rigor y del aliento a la curiosidad. Así, para entender la lengua ha tenido que ir a la semiótica, para entender la teoría literaria acudió a la literatura comparada, y a la vez ha tenido que bucear en la hermenéutica y en la historia. Hizo notar que en su obra se comprometió con personas y con temas, rescatando del ostracismo a figuras entrañables de la cultura uruguaya, como Emir Rodríguez Monegal y Jules Laforgue. Anotó también que en su producción se puede ver el registro de la gran contribución que generaciones de judíos brindaron al Uruguay.

Destacó que tiene obra profusa y mayor publicada, de la cual el último de sus libros es Derroteros literarios. Temas y autores que se cruzan en tierras del Uruguay (CSIC; Udelar; 2015), y que actualmente está escribiendo dos libros, uno que se va a publicar en francés, y el otro en alemán. Reseñó algunos de los asuntos principales a los que ha dedicado su obra, y se detuvo en su trabajo en torno a las redes virtuales y sobre su significación, entrando y saliendo de ellas, cuidándose de ellas y a la vez aprovechándolas, intentando que la invasión interminable de mensajes que estas redes vehiculan, no impidan escuchar su «música». En esta relación, Caetano valoró como excepcional la construcción de la red Anáforas, y aprovechando la presencia del rector de la Udelar y de la decana de la FIC, reclamó con energía que Anáforas necesita más financiamiento, porque es una aventura uruguaya por el mundo. Reflexionó que cuando uno se informa acerca de cómo se construyó y cómo se renueva permanentemente su repositorio —que afirmó contiene tesoros para aprender, para investigar, para entretenerse y que permiten conservar vivo los pensamientos de nuestros antepasados e interactuar con ellos— y luego se entera, no sin indignación, que en ocasiones Anáforas peligra, piensa que si el Uruguay no sabe jerarquizar este tipo de construcciones, realmente teme por el futuro del país.

Elogio II: Rigor, libertad de criterio, y una enorme indepedencia.
Completando la laudatio iniciada por Gerardo Caetano, la decana de la Facultad de Ingeniería, María Simón, confió al publico presente que personas de muy distintas disciplinas universitarias y ciudadanos uruguayos y del mundo le expresaron su adhesión y alegría ante la solicitud del doctorado Honoris Causa para la profesora Block. Entre ellas, gente de la comunicación, las letras, las artes, la arquitectura, la música, las ciencias exactas y naturales, las tecnologías, por lo cual cree que con el título otorgado se responde a un espíritu que estaba presente en un conjunto muy grande de personas.

En primer lugar, afirmó que el reconocimiento corresponde con total cabalidad a lo que deben ser los Honoris Causa que entrega la Udelar: honra no solo a quien lo recibe sino también a la Universidad como institución, al tener a Lisa Block de Behar entre sus miembros. En sentido complementario, anotó que realizar el acto en el edificio de la FIC tiene un fuerte contenido simbólico, porque al enfocar la luz en uno de los miembros de la casa de estudios se reconoce al mismo tiempo a la propia Facultad y a su labor intelectual.

En segundo término, destacó la universalidad de la obra de Block, como corresponde a una universidad, que debe aspirar a lo universal.

En tercer lugar, Simon resaltó algunos rasgos de la labor intelectual de la profesora. Uno de ellos lo encuentra ya plasmado en el tema de su tesis de doctorado (Una retórica del silencio. Funciones del lector y procedimientos de la lectura literaria) y es el abordaje de temas centrales e importantes dentro de las distintas disciplinas, lo cual requiere erudición, profundidad, y audacia intelectual. Consideró que este tipo de trabajos son un ejemplo de pensamiento fecundo, que da lugar a pensamientos posteriores. Otros rasgos que Simon reconoce en la tarea creativa y en el estilo de la profesora son el rigor y la libertad de criterio, unidos a una enorme independencia —de grupos y cofradías, que a veces existen en el ámbito intelectual, y también de cualquier tipo de poder. Ese tipo de independencia es una cualidad paradigmática que deben cultivar las universidades. Caracterizó a los trabajos de Block como contemplaciones desde campos cruzados, en los que los enfoques heterodoxos le permiten encontrar cosas nuevas, como al abordar la publicidad desde la teoría literaria.

Al finalizar, Simon se sumó a la propagación de la existencia e importancia del portal Anáforas, al que no dudó en calificar como una magna obra, que reúne a la vez a la comunicación y a la bibliotecología, partes fundantes del FIC, y también a la ciencia, a través de la Facultad de Ingeniería, que trabajó en los motores de búsqueda del portal.

*Anáforas es un portal digital que concentra cuatro colecciones de documentos digitalizados —«Biblioteca Digital de Autores Uruguayos», «Publicaciones Periódicas del Uruguay», «Figuras», y «Sobre la prensa»—, con materiales sobre escritores, pensadores y artistas nacionales. El objetivo del portal es poner a disposición del público en general una herramienta eficaz para encontrar los contenidos, actualizados y mejorados, de obras impresas del acervo cultural nacional, así como otros materiales de carácter documental.